domingo, octubre 08, 2006

De frente...

Me senté de frente al enemigo, en un espacio, todavía incomprensiblemente quieto y vacío...llevaba yo el cabello suelto, sin amarra, el rostro sin maquillaje y la experesión totalmente desanudada....Le observé callada durante horas, de esas horas lo suficientemente irreales o reales como para que después, este mismo enemigo, en un determinado momento, puediera usar la existencia o no-existencia de ese tiempo a su favor.... Estaba yo aqui y él, afuera o alrededor, intentando entrar para poder mantenerse vivo....Analicé detenidamente sus movimientos, su color, su forma, su peso, su pasión, sus ganas de mantenerse vivo, su estratégica capacidad de análisis, de síntesis, su rapidez, su ímpetu, su impulsividad, su constancia, su perseverancia y creatividad, llevados todos a existir bajo la forma de la obsesión con el único objetivo de mantenerse vivo, pero vivo como el enemigo, como el adversario, el separador, ofreciendo siempre, astutamente como premio la incertidumbre y el dolor.....¿le odiaba?....no, no podía, era parte de mi como todo lo demás, pero la aceptación de su existencia me daba al menos la distancia necesaria para verle y para saber que de aqui en adelante tendría que decirle no, cada vez que intentara entrar con material equivocado....Me puse de pie y cerré otra vez la puerta, pues todavía no había nada aqui, salvo cuatro cosas, que merecieran mi atención, amor y dedicación....
"Existo con un enemigo en mi interior, pensé..."....Unos días después recibí una llamada:"me estoy yendo de viaje, te dejé unas gotas de emergencia para posibles altibajos primaverales y las fotocopias de un libro, se llama: el enemigo interior..."
El silencio y el vacío se extendieron por varios días más, hasta la sesión del viernes en la que recibí, verdaderamente algo definitivo... y la sesión del sábado en la que algo fue al fin sacado de cuajo y mis piernas y pies permanecen de lleno puestas seguras y firmes sobre la tierra....
Hoy permanesco firme, silenciosa y quieta, con la sensasión de estar cobijada en los brazos del maestro quien pareciera calmar suavemente mi nostalgia y revelar y conducirme, poco a poco, hacia mi verdadero camino....

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