...De pronto soy una especie de princesa que te recuerda...
mis ojos te ven y detrás de tus ojos parecen ver montes
lejanas tierras rodeadas de bosques
de árboles discretos que nos vieron besarnos...
tus manos me toman fuerte,
me tocan y recuerdo batallas, conquistas y luchas peligrosas...
me recuesto sobre tu pecho
y mi mano evoca una armadura que todavía toco
y que nosé si las gotas de amor
que emanan de mis dedos logren traspasar...
entras a mi corazón como si le conocieras
te acercas a cada recoveco como si todo te perteneciera
como si solamente esta vez
estuvieras reconociendo aquello que alguna vez dejaste
perdiste u olvidaste llevar contigo...
recorres con tus manos mi cuerpo,
mi cuerpo que despierta obediente a los designios de tu corazón...
navego en una incertidumbre tan lejana
que solo se aclara al ver tus ojos
reconozco con miedo tu nombre, tu amor,
tu olor, tus palabras
solamente porque ahora portas un corazón herido y protegido...
...¿podré llegar hasta él? (a veces me pregunto)
y quiero alejarme a un bosque solitario
donde no escuches ni los delirios de mi miedo
ni los ecos de mi corazón...
seré valiente si soy capaz de irme (a veces pienso)
capaz de protegerme a más no poder...
...o seré valiente si soy capaz de quedarme (reconsidero)
cuando cierro mis ojos y al fin comprendo que es inútil
que es imposible que logre resistirme a totalmente amarte
como si mi corazón estuviera a la vez libre y prisionero inevitable
de las dulces amarras de tus besos, de tus abrazos, de tu corazón
y suelto las promesas de los posibles resultados
de los posibles premios, errores o desengaños...
mi corazón te reconoce y se reconoce tuyo
mi corazón dice,
habla un lenguaje que trasciende
que traspasa algo que quizá aún no entiendo,
se yergue y por si mismo me traduce lo que ve
lo que siente, lo que es
y entonces embriagada por el sabor de sus palabras
cierro mis ojos y le creo
me dejo someter por su voluntad ensordecedora
por su lenguaje inexplicable
que me hace entender que debo quedarme...