Muchas cosas han pasado, como una especie de mar acumulado en el que de pronto navegas sin màs que lo propio a cuestas, dando manotazos, inetentos de brazadas, de avanzar en ese mar que parecìa apacible y que ahora , otra vez tempestuosos te dice: te tengo...
Pareciera que ya ni hablar sirve mucho....he cerrado los ojos y lo que veo es el reflejo del sol en unos matorrales secos, no tan secos, en un lugar no tan árido, pero cargado de luz y de sol, con un par de insectos (de seguro más de dos) revoloteando alrededor y ese aroma a aire puro que uno ama y valora y denuevo ama solamanete cunado se pega esa vuelta fugaz y furtiva a la casa de los primos en Los Andes...Dios, aterrizo otra vez aqui, con este no sé qué a cuestas, con estas palabras que no dije, con esta sensasión de no sé qué por unos ojos que no pude ver realmente de frente por última vez...Hoy lo vÍ de casualidad afuera del edificio de su trabajo. Temía ir allí, pero pensé que era demasiado poco probable toparme con él justo en ese breve momento en que gestionaba mi entrada a la oficina de mi amigo en el ala derecha del lugar...pero, las coincidencias ocurren cuando uno menos se lo espera y cuando obviamente no estás preparada...Qué puedo decir, después de verlo durante 2 segundos entrar al edificio, sentí una razonada pena, una que me recordó un par de cosas y en especial una síntesis, clara y firme que es imposible que no duela...
martes, abril 01, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario