viernes, enero 11, 2008
Después de: de verdad ver...
Volví desnuda sin esa capa aparentemente protectora llamada miedo. Volví con la piel herida, cruda, con el dolor inmediato como el ardor producido por una quemadura. Ya no había miedo , sino pánico, un pánico que justificaba todos los demás límites...En ese aparente destierro solamente hubiese querido recibir un abrazo consolador, pues no había más que hacer ni que cambiar...Es increíble a cuanta autotortura y enajenación podemos someternos a causa del desapego de la propia madre...Demoré tanto tiempo en verlo y ahora aqui, de pie frente a la realidad, sin ninguna coraza protectora de ningún tipo, solamente sentía ardor y la sensasión escalofriante y aterradora de que dejaba de morir para empezar a vivir realmente, como una otra desatada que estuvo tanto tiempo dormida, engañada, anestesiada y que ahora al fin, miraba la realidad con sus propios ojos sin disfrazar ni falsear nada más...
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