Volver a vivir...

Me alejo de una vida como quien se aleja de una prisión, de un recoveco jamás reconocido, pese al tiempo, como propio…El dolor de un várice post-parto viene a decir que me detenga y entonces reviso mis entrañas, mi vientre en el que habitaron dos hijos, mis sienes que palpitaron cada noche, mis pechos que amamantaron tanto y mis manos que tocaron, que forjaron, que hicieron y buscaron…Vi entrar la tenue luz que atravesaba la ventana anunciando un nuevo día porque me despertó el ruido del carro del que barre las calles acompañado por un melodioso “gracias a la vida” silbado…la melodía parecía extenderse en la mañana limpia y habíame yo despertado o habíame el despertado para reconocer, para ver o para acordarme de que en verdad había tanto por qué agradecer…Supuse que eso marcaba un nuevo comienzo o era uno de esos chispazos que determinamos nos despertarían en su momento, o tal vez todo partió en el re-birthing, o en la lectura de registros, o en la meditación o en algunas de las tantas oraciones y ruegos, no lo sé, a estas alturas sólo veo que se ha conjugado todo de una manera lógica y coherente pese a que en algún momento pareció todo caótico y sin sentido….Puedo sentarme a esperar, puedo escucharme sin disturbios ni interferencias y sé que lo que escucho desde mi, es cierto.
Vivo los días nuevos como si fueran nuevos y la revisión de mi propio inconsciente ha significado una herramienta de despegue, de visión y una llave que ha abierto puertas que de no haberme atrevido a entrar hubiesen permanecido quizá por siempre cerradas. Aunque la única búsqueda haya sido la certeza y el resultado retomar algunos sueños para sentir y vivir como si realmente estuviera viva, ha valido la pena, sin duda que sí.