Al morir mi padre estuve como dormida durante un año.No comprendí, no lloré, no acepté. Al cabo de ese año caí en la cuenta de que mi padre había muerto, que ya no lo vería más, que desde ahí en adelante se trataría de sólo un recuerdo y que los recuerdos que tenía serían, también de ahí en adelante, siempre los mismos...
Era difícil aceptar que sólo era una foto.El tiempo fue desvaneciendo las sensasiones de la cercanía.Y muchos, muchos años más tarde dejé, supongo, de extrañarle aunque su vacío todavía me pese y lo que se llevó todavía me haga falta...
sábado, marzo 18, 2006
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